Dos ventanas, dos momentos. Día y noche. Dos ventanas que van de un adentro hacia un afuera, sin mostrarnos necesariamente el afuera, sólo percibimos la sutiliza de las sombras y el juego de la luz que evidencian una profundidad traslúcida. Tal vez, aquí las fotos de las ventanas día/noche están funcionando como un gran paréntesis que connota, de alguna u otra manera, el transcurso de un día y con ello el transcurso de una vida. Hay aquí, por decirlo de alguna forma, un ciclo. Un tiempo compuesto por dos instancias paralelas en las que no necesariamente se conforma una oposición irreconciliable, sino por el contrario, una complementación que se da, curiosamente, bajo la esfera de lo discontinuo.
Me asomo a este comentario a las tantas de la noche. Una auténtica delicia Prof. Cesky, ... una auténtica delicia sentirse acompañado de su sensibilidad & su calado
3 comentarios:
Santiago no está resultando fácil. La luz cuesta templanza
Dos ventanas, dos momentos. Día y noche. Dos ventanas que van de un adentro hacia un afuera, sin mostrarnos necesariamente el afuera, sólo percibimos la sutiliza de las sombras y el juego de la luz que evidencian una profundidad traslúcida. Tal vez, aquí las fotos de las ventanas día/noche están funcionando como un gran paréntesis que connota, de alguna u otra manera, el transcurso de un día y con ello el transcurso de una vida. Hay aquí, por decirlo de alguna forma, un ciclo. Un tiempo compuesto por dos instancias paralelas en las que no necesariamente se conforma una oposición irreconciliable, sino por el contrario, una complementación que se da, curiosamente, bajo la esfera de lo discontinuo.
Me asomo a este comentario a las tantas de la noche. Una auténtica delicia Prof. Cesky, ... una auténtica delicia sentirse acompañado de su sensibilidad & su calado
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