... anoche llegué tarde después de ver y escuchar sesión de música de Francisco y en la buena compañía de Constanza; llegué contento, abrí la puerta de mi habitación y vi lo que seguramente había estado allí desde hace mucho con mínimas variables; pero esta vez "lo vi"
Esta imagen produce en un primer momento, al menos sobre mí, una efecto-nostalgia, es como una especie de epilogo nostálgico a un gran día o a una vida que se cierra o que padece el fin de un ciclo… Las sombras están ahí recordándonos que el mundo sensible se expande sobre los objetos más triviales (como la botella o el picaporte de la ventana) y nos induce o mejor dicho nos introduce hacia una contemplación, en la que no sólo encontramos una sensación de desasosiego sino también emerge una dosis de tranquilidad y equilibrio. Quizás la nostalgia y la tranquilidad son dos caras de una misma moneda, sumado a esto las sombras de objetos y la conformación de una geometría equilibrada y solar, se va componiendo o elaborando –en esta imagen- no una descripción de un espacio íntimo (que equivaldría a mostrarlo, exhibirlo o revelarlo), sino la construcción de un espacio de sombras donde el espacio exterior pierde su vacío y articula una inmovilidad (no solo fotográfica) que irradia, difunde y proyecta sombras que son ya muros, botellas, cortinas y picaportes que son formas conducentes a sentidos. “Pero todas estas imágenes –nos dice Gaston Bachelard- imaginan demasiado”. Quizás esta foto re-significa el espacio y lo designa como un territorio que se encuentra detenido en su inmovilidad visible constituyéndose en un juego de multiplicación del ser... Hay tal vez contenida en esta foto, lo que podríamos llamar como la palabra de un poeta, porque da en el blanco y conmueve los estratos profundos de nuestro ser.
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... anoche llegué tarde después de ver y escuchar sesión de música de Francisco y en la buena compañía de Constanza; llegué contento, abrí la puerta de mi habitación y vi lo que seguramente había estado allí desde hace mucho con mínimas variables; pero esta vez "lo vi"
Esta imagen produce en un primer momento, al menos sobre mí, una efecto-nostalgia, es como una especie de epilogo nostálgico a un gran día o a una vida que se cierra o que padece el fin de un ciclo… Las sombras están ahí recordándonos que el mundo sensible se expande sobre los objetos más triviales (como la botella o el picaporte de la ventana) y nos induce o mejor dicho nos introduce hacia una contemplación, en la que no sólo encontramos una sensación de desasosiego sino también emerge una dosis de tranquilidad y equilibrio. Quizás la nostalgia y la tranquilidad son dos caras de una misma moneda, sumado a esto las sombras de objetos y la conformación de una geometría equilibrada y solar, se va componiendo o elaborando –en esta imagen- no una descripción de un espacio íntimo (que equivaldría a mostrarlo, exhibirlo o revelarlo), sino la construcción de un espacio de sombras donde el espacio exterior pierde su vacío y articula una inmovilidad (no solo fotográfica) que irradia, difunde y proyecta sombras que son ya muros, botellas, cortinas y picaportes que son formas conducentes a sentidos. “Pero todas estas imágenes –nos dice Gaston Bachelard- imaginan demasiado”. Quizás esta foto re-significa el espacio y lo designa como un territorio que se encuentra detenido en su inmovilidad visible constituyéndose en un juego de multiplicación del ser... Hay tal vez contenida en esta foto, lo que podríamos llamar como la palabra de un poeta, porque da en el blanco y conmueve los estratos profundos de nuestro ser.
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