... empezaba partido Chile- Colombia; al poco rato se escuchaban gritos de agitación / alegría; se repitieron poco después x 2 veces (0/3) ... acabada la sesión me fuí a un bar a ver la segunda parte; Colombia acababa metiendo los 3 para llegar al empate ... no me dolió ... todavía mi corazón futbolero está en Barcelona
Más allá que tú corazón futbolero se encuentre atrapado aún por Barcelona (que no quiere decir España sino todo lo contrario), hay en estas fotografías un colorido y una estructuración que sobrepasan cualquier fanatismo. El color (o la color como se diría en buen chileno para referirse a ese rico condimento que se le ponen a los porotos y a las cazuelas…) es una constante que atraviesa tu práctica fotográfica. En esta triada fotográfica encuentro ciertos matices coloridos y de composición que abren algunas posibilidades para la divagación irresponsable: a partir de los colores ladrillo, el negro de la telas que ondean y que proporcionan una cierta atmosfera teatral, el gris de la muralla de cemento que nos remite a lo solidez de un estructura en construcción y del celeste que hace un pequeño guiño de distinción y detalle, vemos como deambulan por este escenario unos personajes no tienen relación alguna pero que están unidos (significado y representados) por esta colorida escenografía urbano que los envuelve, es decir que los significa. Luego me fijo en esa sombra que se antepone a esta escenografía de la cual también es parte, pero de una materialidad distinta al resto: es de una contextura hídrica porque se asemeja a un lago que ondea lentamente al ritmo de un vientecillo solar. Entonces, la cualidad de esta foto, al menos para mí, se localiza en la potencia colorida (en la color, es decir en su sabor) y en sus aires de familia (o familiaridad) que autorizan una nueva óptica que sitúa la cámara y el ojo fotográfico (incluso el dedo como dispositivo de disparo), dentro de un deslizamiento en que las perspectivas lineales dan paso a un geometría colorida, a una cazuela visual que logra componer/construir un escenario donde emerge lo mostrado y lo no-dicho, para preguntarnos, así como que no quiere la cosa: “¿Son rojas las rosas en la oscuridad? -Se puede pensar que son rojas las rosas en la oscuridad.- (El hecho de que se pueda 'pensar' algo no significa que tenga sentido decirlo)” (Wittgenstein).
querido profesor!; como se agradecen sus siempre lúcidos y animosos comentarios; color, ... claro que sí!; cazuela & patchwork geométricos, ... también; gente(s) / casi figurantes posturas "in motion" que se superponen a lo anterior; son parte de las obsesiones que detienen al voyeur, ... lo cargan de paciencia inmóvil, ... salvo ese índice com Ud. señala; son juegos, ... acaso la vida es en buena parte ganas de jugar
3 comentarios:
... empezaba partido Chile- Colombia; al poco rato se escuchaban gritos de agitación / alegría; se repitieron poco después x 2 veces (0/3)
... acabada la sesión me fuí a un bar a ver la segunda parte; Colombia acababa metiendo los 3 para llegar al empate
... no me dolió
... todavía mi corazón futbolero está en Barcelona
Más allá que tú corazón futbolero se encuentre atrapado aún por Barcelona (que no quiere decir España sino todo lo contrario), hay en estas fotografías un colorido y una estructuración que sobrepasan cualquier fanatismo. El color (o la color como se diría en buen chileno para referirse a ese rico condimento que se le ponen a los porotos y a las cazuelas…) es una constante que atraviesa tu práctica fotográfica. En esta triada fotográfica encuentro ciertos matices coloridos y de composición que abren algunas posibilidades para la divagación irresponsable: a partir de los colores ladrillo, el negro de la telas que ondean y que proporcionan una cierta atmosfera teatral, el gris de la muralla de cemento que nos remite a lo solidez de un estructura en construcción y del celeste que hace un pequeño guiño de distinción y detalle, vemos como deambulan por este escenario unos personajes no tienen relación alguna pero que están unidos (significado y representados) por esta colorida escenografía urbano que los envuelve, es decir que los significa. Luego me fijo en esa sombra que se antepone a esta escenografía de la cual también es parte, pero de una materialidad distinta al resto: es de una contextura hídrica porque se asemeja a un lago que ondea lentamente al ritmo de un vientecillo solar. Entonces, la cualidad de esta foto, al menos para mí, se localiza en la potencia colorida (en la color, es decir en su sabor) y en sus aires de familia (o familiaridad) que autorizan una nueva óptica que sitúa la cámara y el ojo fotográfico (incluso el dedo como dispositivo de disparo), dentro de un deslizamiento en que las perspectivas lineales dan paso a un geometría colorida, a una cazuela visual que logra componer/construir un escenario donde emerge lo mostrado y lo no-dicho, para preguntarnos, así como que no quiere la cosa: “¿Son rojas las rosas en la oscuridad? -Se puede pensar que son rojas las rosas en la oscuridad.- (El hecho de que se pueda 'pensar' algo no significa que tenga sentido decirlo)” (Wittgenstein).
querido profesor!; como se agradecen sus siempre lúcidos y animosos comentarios; color, ... claro que sí!; cazuela & patchwork geométricos, ... también; gente(s) / casi figurantes posturas "in motion" que se superponen a lo anterior; son parte de las obsesiones que detienen al voyeur, ... lo cargan de paciencia inmóvil, ... salvo ese índice com Ud. señala; son juegos, ... acaso la vida es en buena parte ganas de jugar
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