Didi-Huberman plantea que “frente a cada imagen, lo que deberíamos preguntarnos es cómo (nos) mira, cómo (nos) piensa y cómo (nos) toca a la vez”. La imagen del brazo en primer plano pareciera que hace contacto y nos toca: el brazo relleno, grueso y popular está ahí delante de nosotros conduciéndonos, guiándonos como si fuésemos unos niños a los que recién les han soltado de la mano y les han dado permiso para la exploración. La mano está ahí, delante de nosotros y nos mira como si de una seña se tratara en la que pone en perspectiva la operación de planos y la profundidad de campo, es una imagen-huella que fabrica un gesto que habla dos idiomas: el de la cámara y el del ojo. Al primero (el de la cámara) lo conduce hacia el inconsciente óptico y por ello lo vuelve consciente en su accionar; al segundo (al del ojo) le plantea una interrogante y, por ello, lo piensa bajo la idea metafísica de que “el tiempo sólo tiene una realidad, la del Instante” (G. Bachelard).
... que Leonardo Cesky me acompañe es un honor; este comentario (y todos los suyos) me hacen aprender a ver cosas que "no he visto", a entender cosas que no sabía, a preguntarme otras que con suerte se irán aclarando; .... muchas gracias!!
3 comentarios:
... sigo sin mi lente de mis amores; solo tele y este gran angular; hoy fuí a comprar pasaje para ir a Concepción
Didi-Huberman plantea que “frente a cada imagen, lo que deberíamos preguntarnos es cómo (nos) mira, cómo (nos) piensa y cómo (nos) toca a la vez”. La imagen del brazo en primer plano pareciera que hace contacto y nos toca: el brazo relleno, grueso y popular está ahí delante de nosotros conduciéndonos, guiándonos como si fuésemos unos niños a los que recién les han soltado de la mano y les han dado permiso para la exploración. La mano está ahí, delante de nosotros y nos mira como si de una seña se tratara en la que pone en perspectiva la operación de planos y la profundidad de campo, es una imagen-huella que fabrica un gesto que habla dos idiomas: el de la cámara y el del ojo. Al primero (el de la cámara) lo conduce hacia el inconsciente óptico y por ello lo vuelve consciente en su accionar; al segundo (al del ojo) le plantea una interrogante y, por ello, lo piensa bajo la idea metafísica de que “el tiempo sólo tiene una realidad, la del Instante” (G. Bachelard).
... que Leonardo Cesky me acompañe es un honor; este comentario (y todos los suyos) me hacen aprender a ver cosas que "no he visto", a entender cosas que no sabía, a preguntarme otras que con suerte se irán aclarando; .... muchas gracias!!
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