... me parece que a muchos (de los mirones) nos pasa que nos atraen las ventanas, las puertas, las rejas, etc. Supongo que tiene que ver con la conexión o su reverso entre dos mundos artificialmente separados; no se me da el psicoanálisis aunque creo que se puede rebuscar por ese lado; agregaría que me gustan mucho los bordes, ... los espacios de transición entre diferentes materias (por ejemplo la variable zona donde la ola agota su impulso por invadir la arena / playa); vuelvo y vuelvo a estas cosas sin ningún tipo de predisposición "intelectual"; me atraen, me conectan, me enganchan a algo que desconozco.
La frontera fotográfica de esta imagen emerge representada como un espacio oxidado y carcomido bellamente por el tiempo padecido; mientras que al fondo, en ese granero mal avenido un cartel nos indica que desde esa reja rancia empieza una propiedad privada, por lo tanto se nos invita a no entrar en ese descampado... Sin embargo, lo que llama mi atención es la imagen de la reja (y no la propiedad privada), y más específicamente me seducen esos barrotes anaranjados y, a partir de esos barrotes, construyo imaginariamente una escena, y dentro de esta escena fijo mi atención en ese barrote que flota, entonces ese barrote es la negación del barrote y por extensión podría imaginar que es la negación de toda la reja y, ya derechamente puesto a imaginar, podría pensar que se trata de la negación de toda frontera, de toda separación, de toda propiedad privada, de toda reducción, de todo límite… Pero sabemos que esta imagen es mucho más que todo esto que imagino es, como dice el fotógrafo, “la conexión o su reverso entre dos mundos artificialmente separados”: separados y conectados por la captura de una instante, por el ojo del fotógrafo, por el dedo del clic fotográfico, por el paisaje representado, por el encuadre seleccionado, por la decisión consciente de publicar la imagen, por la mirada de un observador distante que imagina que esa imagen ha abolido la frontera gracias a un barrote que flota y se expande como una meditación imaginaria y profunda acerca del sentido y la subjetividad de quien observa, mira o fotografía una reja oxidada devenida en frontera (imaginaria o real).
2 comentarios:
... me parece que a muchos (de los mirones) nos pasa que nos atraen las ventanas, las puertas, las rejas, etc. Supongo que tiene que ver con la conexión o su reverso entre dos mundos artificialmente separados; no se me da el psicoanálisis aunque creo que se puede rebuscar por ese lado; agregaría que me gustan mucho los bordes, ... los espacios de transición entre diferentes materias (por ejemplo la variable zona donde la ola agota su impulso por invadir la arena / playa); vuelvo y vuelvo a estas cosas sin ningún tipo de predisposición "intelectual"; me atraen, me conectan, me enganchan a algo que desconozco.
La frontera fotográfica de esta imagen emerge representada como un espacio oxidado y carcomido bellamente por el tiempo padecido; mientras que al fondo, en ese granero mal avenido un cartel nos indica que desde esa reja rancia empieza una propiedad privada, por lo tanto se nos invita a no entrar en ese descampado... Sin embargo, lo que llama mi atención es la imagen de la reja (y no la propiedad privada), y más específicamente me seducen esos barrotes anaranjados y, a partir de esos barrotes, construyo imaginariamente una escena, y dentro de esta escena fijo mi atención en ese barrote que flota, entonces ese barrote es la negación del barrote y por extensión podría imaginar que es la negación de toda la reja y, ya derechamente puesto a imaginar, podría pensar que se trata de la negación de toda frontera, de toda separación, de toda propiedad privada, de toda reducción, de todo límite… Pero sabemos que esta imagen es mucho más que todo esto que imagino es, como dice el fotógrafo, “la conexión o su reverso entre dos mundos artificialmente separados”: separados y conectados por la captura de una instante, por el ojo del fotógrafo, por el dedo del clic fotográfico, por el paisaje representado, por el encuadre seleccionado, por la decisión consciente de publicar la imagen, por la mirada de un observador distante que imagina que esa imagen ha abolido la frontera gracias a un barrote que flota y se expande como una meditación imaginaria y profunda acerca del sentido y la subjetividad de quien observa, mira o fotografía una reja oxidada devenida en frontera (imaginaria o real).
Publicar un comentario