martes, 26 de febrero de 2013

Temuco, puente ferroviario sobre el río Cautín


5 comentarios:

miguel dijo...

Este puente tiene un montón de connotaciones de nuestra infancia en Temuco; lo recuerdo principalmente pintado de rojo o rojo ladrillo (incluido en un óleo de nuestro padre); siempre lo dejábamos a nuestra izquierda cuando salíamos en dirección sur (Pucón u otro); pocas veces lo cruzamos en tren (de carbón / vapor); es primera vez que me subo dentro del puente; parece que de vez en cuando pasa un tren de mercancía. Como veía ocasionalmente a otros atravesar el puente a pié no me preocupé demasiado...

Leonardo Český dijo...

Manuel Castells plantea que la comunicación se produce activando la mente para producir significados. De ahí que la mente se configuraría como un proceso de creación y manipulación de imágenes (mentales o no) en el cerebro. De este modo, la mente se articularía mucho más como un devenir-proceso y mucho menos como un órgano. Entonces, la recepción, manipulación y activación significante que establece esta fotografía con el yo podría entenderse como ideas que se despliegan y se inscriben como imágenes mentales en la cual vamos fabricando realidades que reaccionan ante estímulos concretos, ante acontecimientos reales internos o externos que son procesados de acuerdo con los modelos culturales con los cuales somos socializados y también con nuestras propias aceleraciones psicológicas. Habría aquí, tal vez, una suerte de dialéctica comunicativa: el choque entre la imagen producida por el fotógrafo y la recepción absorbida por el vidente. Un choque de mentalidades en la cual el sentido se abre polisémicamente, puesto que la imagen dice mucho pero a la vez no fija nada más allá de su sentido literal o denotativo. Sin embargo, esta imagen en particular ejerce sobre mí una especie de envolvimiento: estoy dentro del entramado metálico obsesionado con esta hermosa perspectiva, con el colorido, con la estructura y su mecánica… tratando de descifrar aquello que no se ve, lo que está al final (o el principio) del puente, el cual se (re)presenta minúsculamente dibujado en un fuera de foco que se moviliza como un punto de fuga infinito, es decir sin final (o principio), suspendido a medio camino entre el estar y el ser.

miguel dijo...

Ayyy, ... profesor Cesky, ... que voladera más exquisita!!; .... como no, ... agradecerle nomá(h) esas fantásticas agrega-disgregaciones!

Giovanna dijo...

Chris Marker dijo "Me pregunto cómo la gente puede recordar las cosas que no filman, no fotografían, no graban.
¿Cómo se las arregla la Humanidad para recordar?"
Y aquellos que incluso a pesar nuestro nos movemos con artilugios técnicos no podemos de dejar de darle la razón. Fotografiamos, pintamos (quiénes tienen la habilidad)... en fin, registramos. Y nuestros recuerdos se componen por lo que nosotros y otros han registrado. Y las imágenes, además de su valor estético, adquieren valor simbólico o emocional en base al relato, las memorias que hemos construido de esos lugares... pero en la mayoría de los casos no tenemos claro si el recuerdo viene de una vivencia o de una imagen registrada. En lo personal, siempre tengo la duda... me acuerdo de esa anécdota porque la viví o porque alguna foto la elicita?...
Ese puente habrá sido siempre rojo o es que la pintura que así lo señala nos ha grabado ese recuerdo?... pues ahora hay una nueva imagen que nos recordará el puente amarillo sobre el río cautín... Larga vida al puente... larga vida a las imágenes que registren/eliciten muchas memorias, muchos relatos.

Giovanna dijo...

Ah... y espero que los puentes no sean como las hojas... que cuando se ponen amarillas se suicidan