Ésta imagen (y vivencia) es de hace un poco más de un año en el sur de Chile; escapada vespertina desde casa de mis queridíssimos amigos / familia Sanmartín-Campodónico; marea que aún va bajando; carreta de caballo de recolectores de algas jugueteando (y dejando huella) sobre playa que aún retiene aguas en retirada Rompo con urbanitismo barcelonita. Pero es que la natura (y en particular la del Sur de Chile) la llevo muy adentro Por otra parte no dejo de hacer justicia (y realismo emocional) al título de ésta web
Foto que para mí es doblemente alucinante, primero, porque fue ahí, en Piedra Azul, donde conocí a mi Valentina y donde mi vida cambió por completo. A partir de esa espesura emocional, la imagen me transporta hacia una territorialidad lunar, una lunaridad doblemente señalada, azulada y surcada por esas huellas que para mi tienen un sentido metafórico profundo, casi vivencial. ¿Qué decir cuando un espacio retratado te evoca el instante preciso de la transformación? Qué sentidos, qué destinos, que imaginaciones, qué… Nos vemos el 30 dic.
Lobo oscuro ya ve ud. las curiosidades de la vida. Profesor Cesky, aunque me resonó vagamente el hecho, me he quedado de piedra (no necesariamente azul) de saber de esa llamativa coincidencia relacionada vivencialmente al relator más generoso de éste blog y mi hermana. Huellas que vienen del mar / cielo oscuro y se paralelizan tierra adentro (a luz reflejada de luna)
4 comentarios:
Ésta imagen (y vivencia) es de hace un poco más de un año en el sur de Chile; escapada vespertina desde casa de mis queridíssimos amigos / familia Sanmartín-Campodónico; marea que aún va bajando; carreta de caballo de recolectores de algas jugueteando (y dejando huella) sobre playa que aún retiene aguas en retirada
Rompo con urbanitismo barcelonita. Pero es que la natura (y en particular la del Sur de Chile) la llevo muy adentro
Por otra parte no dejo de hacer justicia (y realismo emocional) al título de ésta web
Huellas azules sin dueño,
lavadas doce veces por semana, pies de los andes sureños, mesa de roca y trueno, atardecer pegado al cielo...tuyo... eterno.
Foto que para mí es doblemente alucinante, primero, porque fue ahí, en Piedra Azul, donde conocí a mi Valentina y donde mi vida cambió por completo. A partir de esa espesura emocional, la imagen me transporta hacia una territorialidad lunar, una lunaridad doblemente señalada, azulada y surcada por esas huellas que para mi tienen un sentido metafórico profundo, casi vivencial. ¿Qué decir cuando un espacio retratado te evoca el instante preciso de la transformación? Qué sentidos, qué destinos, que imaginaciones, qué…
Nos vemos el 30 dic.
Lobo oscuro ya ve ud. las curiosidades de la vida.
Profesor Cesky, aunque me resonó vagamente el hecho, me he quedado de piedra (no necesariamente azul) de saber de esa llamativa coincidencia relacionada vivencialmente al relator más generoso de éste blog y mi hermana. Huellas que vienen del mar / cielo oscuro y se paralelizan tierra adentro (a luz reflejada de luna)
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