jueves, 10 de marzo de 2011

Barcelona, Poble Nou, C/ Ciutat de Granada (I)

4 comentarios:

miguel dijo...

Después de foto de Paul Strand, da respeto subir nueva imágen; pero aquí van 2 ángulos & 2 momentos separados por minutos desde casi el mismo punto de vista

Anónimo dijo...

Genial, me encanta esa pequeña personita allí en medio de esa mole de cemento! Además de la ligereza con que ella se mueve, el viento que la rodea, la sombra en el muro... una composición ágil, llena del dinamismo de tus interesantes historias citadinas (detalle llamativo; la frágil escalera roja en la ventana...¿ De bajada a otro mundo??)...

miguel dijo...

Gracias Sol por ese fino comentario! Sí a veces da por pensar que qué sería de una foto si quitáramos o reubicáramos un elemento aparentemente menor (aquí el trocito de escalera).
La foto seguiría posiblemente funcionando en su intuición - intención; pero acaso habría perdido ese pequeño plus; algo que quiere acercarse al terreno del pequeño milagro cotidiano

Leonardo Český dijo...

Siguiendo la línea impuesta por Soledad y Miguel, me parece que son esos pequeños detalles, en apariencia insignificante los que contribuyen a dar ciertos sentidos a nuestro mirar y nos ayudan a desviarnos hacia otras significaciones, de ir en busca de un más allá y encontrarlo, como lo encuentra Soledad y su elegante descripción-sensación. Desde mi óptica, la fotografía adquiere un estatus de arte-medio cuando encontramos ese plus del que habla Miguel, plus que nos ayuda a atravesar la transparencia engañosa que hay en toda fotografía, es la posibilidad de encontrar lo que Barthes en su Cámara lúcida llamó como punctum fotográfico: ese discreto y casi imperceptible pinchazo, agujerito, pequeña mancha, pequeño corte, y también casualidad. El punctum de una foto –decía Barthes- “es ese azar que en ella me despunta (pero que también me lastima, me punza)”. A los detalles, plus o punctum ya señalados por Soledad y Miguel (escalera, sombra, etc.), yo agregaría la calada que la señora hace a su cigarrillo, un gesto, una actitud y un objeto que me conducen a encontrar una secreta profundidad en la cual se significa, al menos para mí, una extraña conjunción de pensamiento, de reflexión que ella trasmite con su andar-fumar, y que se relaciona con esa sensación de ligereza que dice Soledad, y en conjunto con el todo fotográfico, dejan filtrar una actitud aguda que parece extraer fuerza de un bello sueño interior, sin que por eso deje de fijarse en los obstáculos reales.